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Arquitectos: Gabriel Konzevik, reyes ríos + larraín arquitectos; Gabriel Konzevik, reyes ríos + larraín arquitectos
- Año: 2016
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Fotografías:Onnis Luque
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Lugar y materia son dos palabras claves que definen la selección de los materiales, el sistema constructivo, el concepto de sostenibilidad y el sentido del diseño arquitectónico aplicados a este inmueble de uso habitacional colectivo. Se trata de un proyecto inmobiliario para venta, promovido por una empresa inmobiliaria de origen yucateco, liderada por jóvenes emprendedores que son conscientes del valor agregado que aporta un diseño de calidad. El mercado objetivo del proyecto son usuarios de origen diverso, cuyo vínculo común es su aprecio por la riqueza natural de la región como motivo para invertir en una segunda residencia. Bajo estas condiciones, el estuco de chukum se utilizó en la totalidad de los recubrimientos de fachadas exteriores y muros interiores, como una respuesta que aporta carácter e imagen a la identidad del nuevo edificio, al mismo tiempo que reduce sus costos operativos y de mantenimiento de su vida útil.
Al igual que hicimos en la casa Sisal, pero llevado a la escala de un edifico de seis niveles, la aplicación del estuco de Chukum en un edifico en altura fue posible gracias a la capacitación y experiencia de los albañiles que desde 1996 han colaborado en nuestras obras. Esta técnica de acabado de origen Maya, cuyo reconocimiento, recuperación y recreación con materiales modernos data de ese mismo año, cuando por vez primera reinventamos la fórmula con componentes industriales para producirla a un costo viable en la Península. En este caso, el reto de aplicación del acabado se resolvió con despieces de aplanados cuya área considera la superficie máxima posible que un albañil puede aplicar durante una jornada normal de trabajo. En consecuencia, los despieces de aplanados trascienden una simple plástica estética y le aportan una dialéctica tectónica como parte inherente de la expresividad de su arquitectura.
El edificio se desplanta en un lote en esquina, de 20m x 22m aproximadamente, localizado a 200 metros del frente de mar y a una cuadra de la calle peatonal y comercial emblemática de la ciudad. Consta de 17 departamentos de una y hasta tres recamaras en una o dos plantas, desde 66m2 hasta 145m2, en 5 niveles de habitación, un semi-sótano de estacionamiento y una azotea habitable con terraza cubierta, alberca, gimnasio y servicios que aprovechan las visuales al mar.
Considerando el reducido tamaño del terreno para el ambicioso programa planteado, sumado a nuestra postura de concebir un edifico sustentable, planteamos un esquema volumétrico que atomiza el programa en dos cuerpos. Separados entre sí por un patio que funciona como atrio de circulaciones, ambos cuerpos se componen de cuatro tipologías de departamentos y un sistema modular de seis tamaños básicos, organizados a partir de un entre-eje constante de 4.35 metros que permitió ordenar y racionalizar el conjunto.
La volumetría y las fachadas se diseñaron bajo la premisa de priorizar el flujo de viento interno y la protección de incidencia solar directa como las principales estrategias pasivas de sustentabilidad. Estas estrategias definieron el concepto de terrazas cubiertas para la fachada oriente, que tiene mayor asoleamiento pero que mira al mar. Introdujimos así mismo la posibilidad de que todos los departamentos tengan ventilación cruzada en sus espacios de estar. Por su parte, el atrio de circulación cubierto cumple algunas funciones fundamentales: ser espacio de encuentro social e identidad de los residentes, bisagra de conexión visual y acceso desde la calle y tiro de circulación de viento o efecto chimenea para el flujo de aire en todo el edificio.
Los interiores se diseñaron a partir de una estrategia de máximo aprovechamiento del espacio interior a través de crear espacios “exteriores internos”. En este sentido las terrazas de las fachadas y el atrio mismo, funcionan como espacios de transición y conexión entre el exterior y sus condiciones climáticas, a la vez que promueven distintas escalas espaciales tanto introspectivas como expansivas. En esta obra todo se relaciona en base a dos intenciones de diseño planteadas desde su origen: aprovechar el entorno urbano-paisajístico de su ubicación, caracterizado principalmente por las visuales posibles al mar y contribuir con una imagen arquitectónica apropiada a la tradición de fuerza creativa que distinguió a Playa del Carmen en sus inicios como destino turístico.